SERVIDORES DEL ALTAR
Los servidores del altar son las personas encargadas de ayudar al sacerdote durante la Misa o Eucaristía. Los servidores del altar se dividen en Acólitos y Portador de la Cruz: Acólitos-son los encargados de ayudar al sacerdote en la Eucaristía y preparar el altar para la bendición del vino y el pan que se convierten en el cuerpo y la sangre de Jesús y la procesión para las ofrendas. Portador de la Cruz-lleva la cruz durante la procesión hacia el altar, al terminar la Misa y asistir a los Acólitos. Requisitos- debe tener todos sus sacramentos, estar dispuestos a servir a Dios, More... |
EDUCACIÓN RELIGIOSA
Nuestra misión como Catequistas y Coordinadoras en la fe es presentarles esa semilla que representa a Cristo, La Mision de la Catequista Nuestra misión como Catequistas y Coordinadoras en la fe es presentarles esa semilla que representa a Cristo, quien es el mismo ayer, hoy y siempre. Quien es la Verdad el Camino y la Vida. Nuestra fe nos llama a SER discípulos y misioneros, para que nuestro pueblo tenga vida en EL. Si siente usted el llamado a ser catequista, por favor de hablarnos. Nos encantaría platicar con usted y que sea parte de la familia del Programa de Educación Religiosa. More... |
MINISTROS EXTRAORDINARIOS
En muchas ocasiones, cuando asistimos a la misa dominical nos hemos topado con el curioso fenómeno de ver una larga... Esas personas son los así llamados ministros extraordinarios de la sagrada Comunión. Es un ministerio laical contemplado en la Iglesia Católica y estipulado en el Canon 230, párrafo tercero del Derecho Canónico que dice: “Donde lo aconseje la necesidad de la Iglesia y no haya ministros, pueden los laicos, aunque no sean lectores ni acólitos, suplirles en algunas de sus funciones, es decir, ejercitar el ministerio de la palabra, presidir las oraciones litúrgicas, administrar el bautismo y dar la sagrada Comunión según la prescripción del derecho”. Y en el canon siguiente (231) More... |
LECTORES
El lector es instituido para proclamar las lecturas de la Sagrada Escritura, excepto el Evangelio. El lector o proclamador de la Palabra no solo tiene un oficio en la Iglesia; no es digamos un simple predicador o lector y nada más, como quizás mucho lo ven o lo entienden. El proclamar la Palabra de Dios es una Misión Divina, y esa dignidad no la puede ejercer cualquier persona que simplemente lea bien, si antes no ha penetrado en el contenido de esa Palabra, si no vive el Mensaje de esa Palabra. El Concilio Vaticano II, que comenzó en 1962 y terminó en 1965, More... |